ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, que quisisteis tomar forma de siervo y nacer de una Virgen Purísima, muriendo en una cruz para librarme del pecado y del infierno, acordaos de vuestra infinita caridad, ten piedad de mí, pobre pecador, que, oprimido con el peso de mis culpas y confesando su malicia, me arrepiento de ellas, y me pesa de lo íntimo de mi corazón de haberlas cometido, por ser ofensas a vuestra bondad inmPropongo firmemente, con el auxilio de vuestra gracia, nunca más pecar. Haced, Señor, por los méritos e intercesión de vuestro fiel siervo San Juan de la Cruz, que no me rinda a las asechanzas del común enemigo, antes bien me mantenga constante en el propósito que hago de no ofenderos más, y así consiga, con vuestra gracia, perseverar en vuestro amor hasta el último instante de mi vida, para continuar amándoos, bendiciéndoos y alabándoos por toda la eternidad en el Cielo. Aménensa, a quien amo sobre todas las cosas.
Propongo firmemente, con el auxilio de vuestra gracia, nunca más pecar. Haced, Señor, por los méritos e intercesión de vuestro fiel siervo San Juan de la Cruz, que no me rinda a las asechanzas del común enemigo, antes bien me mantenga constante en el propósito que hago de no ofenderos más, y así consiga, con vuestra gracia, perseverar en vuestro amor hasta el último instante de mi vida, para continuar amándoos, bendiciéndoos y alabándoos por toda la eternidad en el Cielo. Amén
DÍA NOVENO
ACTO DE CONTRICIÓN Y ORACIÓN PREPARATORIA
Oración. Amable y excelso Padre mío San Juan de la Cruz, que, por imitar a nuestro Divino Redentor, renunciasteis hasta en la muerte los alivios y consuelos, aun celestiales, y abrazasteis gustoso los trabajos y desprecios, por grandes que fuesen, como se vio cuando el Señor os dijo: «Juan, ¿qué premio quieres por tus trabajos?». Y Vos, con generoso y soberano valor, le respondisteis: « Señor, padecer y ser menospreciado por Vos». Lo que fue tan del agrado de su Divina Majestad, que os concedió el morir despreciado de las criaturas, y penando en la cruz con cinco llagas, pero honrado y animado con la presencia del mismo Creador. Os suplico, Padre amantísimo, me alcancéis del Señor que os imite durante mi vida, y en la muerte me aprovechen los méritos de su Sagrada Pasión, y por ella me perdone todos mis pecados, y me conceda la perseverancia final en su gracia, mediante la cual pueda gozarle en vuestra compañía por toda la eternidad en la gloria, y también el favor que pido en esta Novena, si me conviene. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y Avemarías, en reverencia de los tres singulares favores que Jesucristo y su Santísima Madre le dispensó, y después se hará la petición, concluyendo con la oración final
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS. Omnipotente Dios y Señor, que al bendito San Juan le concedisteis ser amante fervoroso de los trabajos, desprecios y cruz de vuestro Santísimo Hijo, y una abnegación perfecta de sus pasiones y apetitos; concédenos, Señor, por sus méritos y ruegos, que, imitando ahora sus virtudes, merezcamos en el Cielo ser compañeros de su gloria por los siglos de los siglos. Amén.